Enfoque restaurativo para generar entornos de acompañamiento a las infancias juventudes LGBTI+
Oscar Borja Santana2024-06-03T22:41:32-05:00
ÓSCAR BORJA SANTANA
No permitamos que las infancias y juventudes LGBTI+ crezcan y se desarrollen con los sueños rotos y esperanzas inciertas.
Todo lo que va del mes de junio se ha puesto sobre la mesa el tema de las diversidades y disidencias sexo genéricas. Hemos visto como sigue polarizando opiniones, familias, comunidades, y países. Sin lugar a duda, ha alcanzado gran visibilidad, y difícilmente será un tópico que pueda salir de las agendas políticas. Pero aún falta mucho que hacer, desaprender y reconstruir al respecto.
Todas las personas que han salido a marchar, a manifestarse, a nombrarse y a decir «existo y resisto», en el marco del día internacional del orgullo LGBTI+, en algún momento de sus vidas fueron infancias y juventudes LGBTI+. Y fue en esas etapas de la vida, cuando no existieron referentes, cuando no se contó con un consejo, con comprensión o con un «todo está bien».
Pertenecer a la diversidad no es algo que surge de la noche a la mañana, ni algo que se despierta en tu interior tan solo por ver una película. Es algo inherente a tu esencia, algo que descubres sobre ti, con lo que convives y que se desarrolla a lo largo de las distintas etapas de la vida. Por eso es importante reflexionar sobre qué es lo que pasa cuando nos desarrollamos en nuestros diferentes entornos, y nos vemos en la tarea de ocultar parte de nuestro ser al mundo. Por el miedo al rechazo, a ser víctima de violencia, o por creer que no merecemos el amor y cariño de nuestra familia, de nuestras amistades, de los seres queridos y personas con las que convivimos día a día, solo por el simple hecho de ser personas LGBTI+.
Muchas veces el adultocentrismo y el autoritarismo generacional nos impide ver qué es lo que pasa con las infancias y juventudes, cuáles son sus pensamientos, sus opiniones, sus sentires, sus formas de ser, de participar y de construirse en comunidad. Queremos y buscamos imponer formas de actuar, de comportarse, de verse, de amarse y de relacionarse. Pero qué sucede cuando eso que consideramos el «deber ser», atenta contra la identidad de las personas, qué pasa cuando mutilamos sueños a costa de una “normalidad” impuesta.
La falta de herramientas, redes de apoyo y entornos seguros, orillan hacia sentimientos y emociones de infelicidad, frustración y desesperanza.
Las situaciones de vulnerabilidad que viven las infancias y juventudes LGBTI+ en sus diversos entornos, muchas veces las sufren en completa soledad. No se manifiesta a la familia, a seres queridos o amistades, por el temor a vivir algún tipo de violencia, y se lo reservan para ellas y ellos mismos. Esto es producto de la desconfianza que existe en sus comunidades, tanto familiar como escolar o como cualquier otra en la que se puedan desarrollar.
Conductas como la discriminación, la violencia y el acoso son capaces de generar grandes impactos en las vidas de estas personas, pues gastan una gran cantidad de energía tratando de lidiar con la negatividad y el hecho de no tener reconocimiento por parte de la sociedad. La falta de herramientas, redes de apoyo y entornos seguros, orillan hacia sentimientos y emociones de infelicidad, frustración y desesperanza. Vivir el rechazo familiar, social y escolar, perpetúa una discriminación sistemática que repercute sobre su salud mental y el desarrollo de sus habilidades socioemocionales.
Desde el enfoque restaurativo podemos modelar entornos que permitan a las infancias y juventudes LGBTI+ recobrar narrativas, pensamientos y emociones, para construir comunidades conscientes y reflexivas, que sean capaces de brindar escucha plena, empática y compasiva en aras de reconocer sus necesidades desde el respeto y la inclusión. El poder conocerse y reconocerse, en si ya es restaurativo, pero se puede ir más allá.
El responsabilizarnos como comunidad, no sólo desde lo individual, nos permite reconocer y reflexionar los impactos y efectos que la discriminación, la violencia y el acoso causan en las infancias y juventudes LGBTI+. Nos permite tener mayor claridad respecto a las obligaciones y compromisos personales, comunitarios y sociales que tenemos ante esta situación. Como comunidad, somos responsables de las acciones u omisiones que alienten, permitan o invisibilicen las violencias sistemáticas que vive este grupo de la población. Debemos enfocar nuestras capacidades y tomar acción para el cambio y la transformación.
Por encima de la incomodidad se encuentran los derechos de las infancias y juventudes LGBTI+ al libre e integral desarrollo de su personalidad
Esa transformación podemos vivirla en tres niveles, cada uno de ellos va siendo más profundo y repercute en más personas. El primer nivel hace referencia a las situaciones, cambios en eventos individuales específicos; el segundo nivel abarca los entornos, cambios en contextos comunitarios específicos; y en el tercer nivel se abordan los patrones, cambios que impactan la forma de vida de las personas que integran una comunidad y que repercuten en todos los contextos en los que se desarrollan.
Para lograr esas transformaciones debemos tomar las necesidades y capacidades identificadas con anterioridad y concretar propuestas creativas basadas en el ingenio colectivo, que fortalezcan y mejoren la vida de las infancias y juventudes LGBTI+. Recuperar sus experiencias y saberes, garantizará —en cada una de las etapas— su participación plena, libre e informada.
Dar apertura al diálogo sobre la diversidad y disidencia sexo genérica en distintos contextos puede representar un reto enorme. Pero por encima de la incomodidad se encuentran los derechos de las infancias y juventudes LGBTI+ al libre e integral desarrollo de su personalidad, al reconocimiento de sus identidades, orientaciones y expresiones. El acompañamiento desde el enfoque restaurativo de sus comunidades, les permitirá vivir infancias y juventudes con la misma posibilidad de expresar sus emociones y soñar futuros esperanzadores.
Comments (1)
Que lucha tan grande internamente, puesto que el luchar consigo mismo, es más fuerte que enfrentarse a la sociedad. Admiro la fortaleza con la que derrumban críticas e ideas absurdas. Y luchan por una igualdad. Al final del camino, seguimos siendo solo un cuerpo y a la vez, un mundo lleno de maravillas que muchos se niegan a descubrir.