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LA MEDIACIÓN: UN ESPACIO PARA EDUCAR A TRAVÉS DE LA ESCUCHA Y PREVENIR LAS VIOLENCIAS

Gladys Dalsaso Arauz

Las relaciones sociales son complejas. En sí mismas está latente el germen del conflicto que emerge como incompatibilidad en los objetivos que las partes de una relación desean alcanzar o así son percibidas por ambas o alguna de ellas (Entelman, 2002).  Cada ser humano tiene vivencias exclusivas que nacen de los  entornos familiares, socioculturales y económicos que les ha tocado vivir, que lo convierten en individuos con visiones y maneras de enfrentar la vida diferentes a la de los demás. No debería causar asombro que surjan conflictos relacionales a diario, ya que el conflicto es consustancial a la naturaleza humana. 

No obstante, Conflicto y Violencia no son sinónimos. No toda desavenencia desencadena necesariamente en actos violentos. Su correcta apreciación es fundamental para cambiar la equivocada perspectiva de que el conflicto es dañino, por aquella que ve el conflicto  como una oportunidad de cambio, de crecimiento personal, así como de transformación social y cultural. 

Una de las formas para la prevención de las violencias y gestión de los conflictos es la Mediación.

¿Qué es Mediación?

Es un mecanismo adecuado de gestión de conflictos, otra vía acceso a la justicia que por sus características podría ser considerada como una opción previa antes de adentrarse en el sinuoso e impredecible mundo judicial.  Esbozando una definición, es un proceso voluntario mediante el cual dos o más personas con la ayuda de un(a) profesional en mediación, imparcial, que no tiene  interés en el asunto ni poder de decisión sobre las partes, colabora para que se comuniquen conversando, con la finalidad de que puedan mejorar sus relaciones, y si así lo desean llegar por ellas mismas a acuerdos consensuados que sean de beneficio para ambas partes.

Una de  las  funciones esenciales de la Mediación y con frecuencia olvidada es su capacidad para educar, generando reflexiones a lo interno del ser humano.

Una de las funciones esenciales de la Mediación y con frecuencia olvidada es su capacidad para educar, generando reflexiones a lo interno del ser humano, primeramente de la persona mediadora que en una introspectiva activa y constante aprende a conocerse, a escucharse para poder entender y escuchar compasivamente a las personas que buscan su colaboración para gestionar un conflicto que no han sabido cómo resolver sin la participación de un tercero.  En la “mesa” de mediación, sea presencial o virtual modelamos formas distintas de comunicación en un espacio seguro de escucha y transformación sociocultural, minando literalmente desde sus cimientos, con nuestras palabras, preguntas, actitud y acciones, la violencia. 

La Mediación  además de ser un proceso  voluntario es más flexible y ágil  que la vía judicial y se desarrolla con un menor desgaste emocional y patrimonial. Se le atribuyen dentro de sus bondades que es auto compositiva, es decir, que son las mismas personas que deciden sobre su conflicto, potenciando la auto determinación; con el beneficio adicional de descongestionar  los despachos judiciales. A la vez, su función educativa provoca un profundo impacto social ya que al mediar “modelamos” formas más pacíficas de comunicación, como la escucha activa y empática. Con una importante salvedad: que la Mediación es útil para prevenir las violencias, no para enfrentarlas ya que uno de sus presupuestos fundamentales es que las protagonistas, las partes en conflicto, estén en plena capacidad de decidir por sí mismas sus controversias, sin coerción de una sobre la otra, en consecuencia, sin violencia.

En este sentido, la próxima vez que se encuentren ante un conflicto, antes de “declarar la guerra ante un juzgado” al decir de Pascual Ortuño, ex magistrado español,  les invito a escoger  otros medios de acceso a la justicia, como la Mediación, que permiten gestionar nuestras diferencias “conversando”, promoviendo  la construcción de entornos más pacíficos y la ansiada  transformación cultural a través del diálogo.

Porque charlando se entiende la gente…

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